La Fiesta y el banquete

Durante los días de la pandemia, la situación económica de muchas familias ha variado significativamente, desde quienes vieron reducido su salario, hasta quienes perdieron su empleo. En estas circunstancias comer hasta hartarse, no es posible. En tiempos de Jesús, no todos tenían para comer y quedar satisfechos. En la multiplicación de los panes que meditábamos previamente, se concluye el relato diciendo que la gente comió hasta saciarse y, además, sobraron doce canastos. (Mt 14,20) Es decir, hubo comida de sobra.

Para entender esta plenitud de alimento, necesitamos pensar en lo que hacemos cuando preparamos una fiesta; podemos pensar en las fiestas ordinarias que hacemos en casa, que suponen empeño, dedicación y una buena inversión económica, o, podemos pensar en un quinceaños o una boda, en donde simplemente, echamos la casa por la ventana.

En una fiesta, lo fundamental es el motivo de la celebración, el encuentro entre personas que se aman y el alimento. Pero, este alimento es abundante, todos pueden repetir plato, en ocasiones repartimos lo que queda entre los familiares y amigos, y el resto, lo comemos en los siguientes días (recuerda los recalentados de Navidad y año nuevo).

No hay fiesta sin un motivo, un convivio y un banquete. En el centro de la fiesta están las personas importantes que celebramos. La multiplicación de los panes nos hace pensar en la fiesta, donde personas que se interesan unas por otras, comparten el pan y la sal.

Pensamos que la persona o personas celebradas son tan importantes que merecen que marquemos un alto en el camino y preparemos algo especial, que reunamos a quienes más nos importan y juntos comamos y bebamos sabiendo que el amor es siempre una fiesta, una celebración y un banquete.

De hecho, Jesús presentará en varias ocasiones la vida del cielo como un banquete, una fiesta, una celebración. No nos podemos perder esa fiesta, nunca terminará y será plena.

¿QUÉ DEBO HACER?

Vivir la vida como una constante fiesta y celebración, consciente de que tienes motivos para estar feliz, para gozar y para disfrutar de la compañía de quienes amas y te aman, pero también debes poner tu corazón en esa fiesta en la que la vida, el amor y la perfección, serán eternos. Y en ese banquete te encontrarás con personas que en esta vida son realmente importantes para ti.

¡Bendiciones!

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