El Jardín del Eden

Hay una segunda narración sobre la creación del ser humano; esta narración es más vívida, más expresiva. Es aquella en la que se habla de un hermoso jardín paradisiaco lleno de delicias. En ese jardín, llamado Edén, Dios hizo brotar toda clase de árboles deleitosos tanto a la vista como para comer. (Gn 2,9) El ser humano fue colocado en dicho jardín con la intención de que el hombre lo labrara y lo cuidara (Gn 2,15).

Este pasaje nos presenta a Dios disponiendo de un sitio para los seres humanos y para las creaturas que va a crear. No es cualquier sitio, lo presentan como un jardín de delicias, como un paraíso, lleno de vida, de exuberancia, de alimento y bienestar.

Estos cuidados que Dios tiene para con el ser humano lo podemos visualizar mediante la imagen que nos viene cuando pensamos en una pareja que está esperando un hijo: se plantean si será niño o niña, se ponen a discutir sobre nombres, elaboran listas, descartan algunos y subrayan otros, se piensa en nombres de familiares muy queridos por los esposos, de personas significativas; pero, también se preparan sitios.

La mujer cuida su alimentación, su descanso, sus preocupaciones; el varón vela por su mujer, le cumple sus antojos, vigila sus acciones. Por su parte, ambos preparan el lugar donde acogeran al bebé, pintan el sitio, compran una cuna, regalos, mantitas, ropones. ¿Cuál es el motivo de todo esto? el amor, la expectativa, los sueños, los anhelos, las esperanzas.

Dios es mostrado por el autor preparando el lugar donde ha de acoger a sus hijos. Les prepara el mejor sitio con lo más excelente que existe, con lo más delicado. La imagen del jardín es muy ilustrativa porque, por una parte es un lugar que impone exigencias, requiere trabajo, empeño y dedicación, pero por otra, es un lugar de descanso, de placer, de relajamiento. Ese jardín es imagen del cielo, donde Dios es el bien más bello y disponible para todos. El mundo es un bello jardín donde habitamos los seres humanos, pero, su belleza está muy lejos del reino de Dios en el que el Padre quiere acogernos y recibirnos para siempre.

¿QUÉ DEBO HACER?
Cuidar el mundo en el que vives, apreciarlo, descubrir su belleza sin olvidar que hay algo más allá del tiempo y el espacio en el que no existe dolor, lágrima ni tristezas. Puedes anticipar un mundo así consolando al triste y ayudando al necesitado.

¡Bendiciones!

5 respuestas a «El Jardín del Eden»

  1. En Génesis 1, Dios nos dice en donde se encontraba El Paraíso, cuando les dice a Adán y a Eva, multiplíquense y *llenen la tierra* o sea que El Paraíso era *toda la tierra* Dios es grande

  2. El Jardín Del Edén, es para mi, el mismo Cielo, al que aspiro con la Bendición de Dios, llegar algún día. Debo estar preparado con mis lámparas llenas de aceite para cuando el Señor me llame, pueda gozar de su Divina Presencia.
    Ahora bien, mi persona debe ir limpiando todas las impurezas para ser digna de merecer La Gloria de Dios Y de ese Paraíso tan esperado.

  3. La enseñanza de La Palabra de Dios en el desarrollo de este Tema, sobre El Jardín del Edén, es la de que debemos darle al Mundo en qué vivimos el valor para el cual fue creado por Dios, justamente para que vivamos todos felices en él; el Reino de Dios, donde todo es de Dios y por tanto todo es de nosotros sus Hijos y es deber de cada uno cuidare y conservar este Paraíso, para el disfrute y beneficio de Todos. Sería El Cielo en La Tierra.

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