Cuando el festejo se encuentra con el dolor

Los papiros mágicos nos dan constancia de la historia de la magia en tiempos helenísticos, es decir, antes y después de Jesús. En ellos es frecuente que se muestre al mago como alguien que actúa en secreto, pronunciando frases inconexas y difíciles de repetir. Un mago tiene clientes, no adeptos, ni fieles, ni seguidores; mucho menos discípulos o un círculo cercano e íntimo. Para ellos cada caso es aislado y representa un negocio. Desde luego, para que la magia funcione el que pretende solucionar un problema tiene que estar presente, no puede encargar la ayuda del mago a través de terceros o por intercesión de alguien. El que quiere un beneficio, lo busca personalmente y paga el trabajo.

Con Jesús no hay nada de esto; su obrar está relacionado con la llegada del poderoso reinado de su Padre, culmen de la historia de la salvación que, originalmente se pensaba era exclusivo para Israel, pero que con el ministerio de Jesús se descubre como una salvación ofrecida a todos los hombres y mujeres de todo tiempo y lugar. Los milagros realizados por Jesús están encaminados a anticipar en este mundo y tiempo la vida tal como será en el reino de Dios. En ese reino, según confiesa el autor del Apocalipsis, no habrá ya muerte, ni llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo habrá pasado.” (Ap 21,4)

Según esta visión, toda clase de enfermedad, dolor, sufrimiento, angustia, fatiga, trabajo y desesperación forma parte del mundo viejo, es decir, de este mundo temporal en el que vivimos.

Jesús jamás vio sus milagros como un signo de su poder o de su divinidad, puesto que lo que lo movió a realizar milagros fue el dolor y el sufrimiento de la gente que le rodeaba y le seguía. Lo que él quería era terminar con todo tipo de dolores, sufrimientos, llanto, lágrimas y angustia, por eso, ningún hombre o mujer que se acercó a él para mitigar su dolor se fue con las manos vacías.

Un milagro peculiar es el del siervo del centurión curado a distancia (Lc 7,1-10). No hubo necesidad de la presencia del enfermo, tampoco hubo necesitad de que Jesús lo tocara: la fe del hombre en el poder de Jesús fue suficientes para operar el milagro. En ese contexto de alegría, regocijo y festejo sale Jesús de Cafarnaún y entra en un poblado, Naín (Lc 7,11-16). Ahí el tono es otro: viene otra muchedumbre, pero no hay fiesta, ni alegría, ni gritos de entusiasmo, sino de dolor y desesperación: una viuda ha perdido todo lo que le daba sentido a su vida, su único hijo.

Atrás quedó la algarabía de la curación de un enfermo a distancia. Ahora la situación es otra. Jesús puede optar por seguir en el festejo o dejar atrás la alegría para dejarse tocar por el sufrimiento de una mujer que ha perdido a su marido y ahora, ha perdido a su hijo, para quedar completamente sola. Nosotros con frecuencia ignoramos el dolor y el sufrimiento y queremos vivir constantemente en la fiesta, la alegría y el desparpajo, dejando abandonados a quienes se ahogan en sus lágrimas y se consumen en la desesperación.

¿QUÉ DEBO HACER?

Tener la disposición de ánimo para abrir los ojos al que sufre y el corazón ante el que desespera. Jesús nos da prueba de ello; muchas veces podemos estar felices y contentos, gozar por los bienes y dones, pero también tenemos que estar atentos ante quienes pasan por la vida cargados de dolores y sufrimientos. Hay personas que realmente nos necesitan.

6 respuestas a «Cuando el festejo se encuentra con el dolor»

  1. SEÑOR JESÚS , infunde en nuestros corazones con Tu SANTO ESPÍRITU el ser Misericordiosos como Nuestro PADRE es Misericordioso Lc.6,36 y hacer vida en nosotros el inconmensurable abismo de tu Misericordia .

  2. Si es cierto tal como lo hizo Dios con nosotros nos auxilio en nuestras penumbras, mediante cualquier hermano, nos llamo por nuestro nombre nos curo y nos hizo una nueva criatura en el espiritu, no hay milagro mas grande que este el encuentro con nuestro Señor.

    Que Dios le Bendiga y multiplique sus frutos, yo soy uno de ellos.

  3. Dios mío. Oro por el mundo entero para que con tu misericordia sanes del cuerpo y del alma a todos los enfermos del mundo que encuentren consuelo en tu oración. Te lo pido por Jesucristo muestro Señor. Amén 🙏🙏🙏

  4. Muchas gracias por esta y todas las Reflexiones que me envían, es una realidad que es muy difícil aceptar el dolor y generalmente evitamos estar cerca de las personas que sufren.
    Entre las Pastorales en las que servimos en nuestras Parroquias, en la Pastoral Penitenciaria no tenemos muchas voluntarios que se unan a evangelizar en la cárcel, es una lastima que se priven del gozo y bendición que este servicio producen, las personas que por las razones que sean, están recluidas; responden al encuentro con Dios de manera maravillosa pues el amor misericordioso que encuentran al tener “ Un encuentro personal, de ojos abiertos y corazón palpitante, con Cristo Resucitado”, es impresionante.
    Gracias a todo el equipo que hace posible el valioso servicio de Evangelización Activa. FELIZ NAVIDAD y que podamos disfrutar de sus reflexiones y demás proyectos, el año por venir y por siempre.

  5. El dolor es parte de la vida misma. Pero con Jesús Sacramentado y su Palabra nos dan consuelo y fortaleza. Maria su madre es también nuestra madre y de su mano gracias recibimos. El Santo Rosario es nuestra arma.
    Dios le bendiga Padre Ernesto.

  6. Si el Señor hizo brotar agua de las piedras; no hay corazón duro ni imposible ante Dios, la misericordia es lo que todo Cristiano debe practicar para que Dios accione sobre aquello que consideramos: imposible, esta en cada uno de nosotros hacer que brille esa luz de Cristo, no nos quedemos solo con la oraciones si bien es muy importante, Dios nos pide; Acción y Obras de FE.
    Señor, danos de beber constantemente de tu agua, para que nuestro corazón este limpio ,dispuesto y atento a tu llamado.

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